jueves 21 noviembre, 2024
Interes General

La División Perros de la Policía de la Ciudad celebró 92 años al servicio de la seguridad

En un nuevo aniversario, la División Perros de la Policía de la Ciudad resaltó su labor fundamental en la protección de la ciudadanía, destacando la participación histórica de 52 canes y 120 oficiales en tareas de seguridad, prevención y rescate.

El pasado 3 de agosto, la División Perros de la Policía de la Ciudad conmemoró su 92° aniversario, reafirmando su importancia en la estructura de la fuerza de seguridad porteña. Creada originalmente en 1932 bajo la órbita de la Policía Federal Argentina (PFA), esta dependencia ha evolucionado con el tiempo, adaptándose a los cambios sin perder su esencia. Actualmente, cuenta con un plantel de 120 oficiales, 6 veterinarios y 52 canes entrenados para cumplir diversas funciones clave en la seguridad pública.

El origen de esta división se remonta a la incorporación de cuatro perros a la función policial en 1932, cuando el Ministerio de Guerra cedió estos canes a la Policía Federal Argentina. En ese entonces, se estableció la Sección Perros de Policía Federal, con base en el Cuartel del Cuerpo de Policía Montada, donde cuatro agentes fueron designados como guías, encargándose individualmente del cuidado y entrenamiento de los animales.

Con la creación de la Policía de la Ciudad en 2016, la División Perros, junto con todo su personal e infraestructura, fue transferida a la nueva fuerza, garantizando así la continuidad de una tradición que ha marcado la historia de la seguridad en Buenos Aires. A pesar de los cambios organizacionales, la esencia de la división se mantuvo intacta, conservando los valores y métodos que la han caracterizado desde su fundación.

En términos operativos, la División Perros desempeña un papel esencial en diversas áreas. Sus funciones incluyen brindar apoyo al personal de infantería en tareas de seguridad y prevención, especialmente en situaciones de manifestaciones o grandes concentraciones. Además, los canes son fundamentales en la búsqueda de personas desaparecidas, así como en la detección de sustancias ilegales, explosivos, divisas, y restos humanos. También participan en la detección de huellas odoríferas y en operaciones de búsqueda en zonas colapsadas o de gran extensión.

En tanto, el compromiso de la División Perros no se limita solo a la acción policial directa. También realiza exhibiciones de acrobacia canina en diferentes instituciones educativas y organizaciones, mostrando la destreza y habilidades adquiridas por los canes a lo largo de su entrenamiento. Estas demostraciones son complementadas con jornadas de capacitación y perfeccionamiento, en las que los oficiales y sus perros se entrenan junto a otras fuerzas de seguridad, enriqueciendo así su formación y capacidades operativas.

A lo largo de sus 92 años de historia, muchos perros han dejado una huella imborrable en la División, pero pocos como Chonino, un ovejero alemán que se convirtió en un ícono de valor y lealtad. Chonino perdió la vida el 2 de junio de 1983, durante un patrullaje de rutina en la intersección de la avenida Lastra y General Paz, cuando junto a sus guías, el Suboficial Luis Sibert y el agente Jorge Ianni, se encontró con dos sospechosos en medio de una noche fría y lluviosa.

En el enfrentamiento armado que siguió al intento de identificación, Chonino, obedeciendo la orden de ataque, se lanzó sobre uno de los delincuentes, logrando desarmarlo. Sin embargo, fue fatalmente herido por el segundo agresor. A pesar de recibir un disparo en el pecho, el valiente perro logró arrastrarse más de 100 metros hacia su guía, el Suboficial Sibert, antes de morir sobre él. Gracias a la intervención de los médicos del Hospital Churruca, Sibert sobrevivió, aunque con una larga convalecencia de seis meses, mientras que el agente Jorge Ianni falleció debido a las heridas sufridas. El sacrificio de Chonino permitió la identificación de los agresores, ya que el perro sostenía en su boca el bolsillo de la campera de uno de ellos, que contenía sus documentos.

Cinco días después, los delincuentes fueron detenidos en la provincia de Buenos Aires, gracias a la valiente intervención de Chonino. En este sentido, su heroísmo ha sido reconocido con la instauración del “Día Nacional del Perro”, celebrado cada 2 de junio en Argentina, en honor a todos los canes que, como él, han dado su vida en cumplimiento del deber.

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