jueves 21 noviembre, 2024
Cultura

Julio Cortázar: El oficio y la vigencia de un grande de la literatura

Había nacido en Ixelles, en el sur de la ciudad de Bruselas, Bélgica, el 26 de agosto de 1914. Hijo de Julio José-agregado comercial de la embajada argentina en Bélgica- y María Herminia.

A sus cuatro años la familia regresó a la Argentina, transcurrió la infancia en la localidad bonaerense de Banfield. Dos años después, su padre abandonó el hogar y no volvió. Fue un niño que se enfermaba con facilidad, por lo que eligió a los libros y a la lectura como sus dos grandes compañeros.

Ya consagrado, el inmenso Julio Cortázar comentaría en una entrevista,  que  “según su madre, él había comenzado a escribir a los ocho años…una novela que guardó muy bien, celosamente, mientras él quería encontrar ese texto  para prenderle fuego”…

Completó la Primaria en la Escuela Número 10 de Banfield, se recibe de maestro normal en 1932. En 1935 alcanza el título de Profesor en Letras en el Establecimiento Educativo Mariano Acosta e inicia la Facultad de Filosofía y Letras, donde cursa al menos un año.

Por aquellos tiempos comenzó a frecuentar los circuitos de las peleas de box…Reinterpretó esta práctica, despojándola del costado violento, para admirar al ser humano que a puro coraje y fortaleza va hacia adelante.

Una mirada sumamente personal, como todo su arte moderno y encantador  que se puede apreciar en la totalidad de su obra en realidad. Una obra que comenzó a tomar impulso a partir del llamado “boom latinoamericano en la literatura” en la década del sesenta. Momento sumamente trascendente para las letras que lo tuvo como protagonista, junto a Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes,  etc.

Entre sus trabajos literarios se destacan: “Rayuela”, “Historias de Cronopios y de Famas”, “62 Modelo para Armar”, “Bestiario”, “El Perseguidor y Otros Cuentos”, “Todos los Fuegos el Fuego”, “Octaedro”, “Deshoras”, “El Libro de Manuel”, “La Vuelta al Día en Ochenta Mundos”, “Salvo el Crepúsculo”…

En la década del cincuenta viajó a París, donde entre otras realizaciones, tradujo la Obra Completa en Prosa de Edgar Allan Poe para la Universidad de Puerto Rico.

En 1963 visitó La Habana, Cuba, donde tuvo la oportunidad de conocer personalmente al destacado intelectual José Lezama Lima, un amigo de toda la vida.

Este talentoso escritor argentino, Premio Konex de Honor, partió definitivamente el 12 de febrero de 1984 en París, Francia.

Para finalizar esta nota, y por una cuestión de espacio, recordamos uno de sus pensamientos:

“Probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose”.

Descansa en paz querido y admirado Julio. ¡Tu legado permanece intacto!

Por TU BARRIO EN LA WEB

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