Las familias de adultos y/o niños con TEA (Trastornos del Espectro Autista), tratan de evitar que en las fiestas, los perjudique la pirotecnia lo menos posible.
Afortunadamente cada año son menos los que compran y usan fuegos artificiales y pirotecnia para los festejos de Navidad y Año Nuevo, pero, a pesar de ello, aún quedan y muchos, los que la utilizan.
Por eso, es muy difícil el momento que deben atravesar las personas diagnosticadas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y sus familiares, ya que pasan gran parte de la noche, intentando que los dañe lo menos posible.
El Doctor Nicolás Loyacono (M.N. 133199), médico integrante del modelo científico transdisciplinario TEA-Enfoque Integrador, explicó que “Es evidente que el niño, adolescente o adulto con hipersensibilidad auditiva y TEA debe ser protegido de la pirotecnia debido al malestar extremo que les genera”.
“Se desorganizan totalmente, tienen una crisis que los dificulta para seguir integrados socialmente. Se estresan y les da miedo”, señala, por su parte, la licenciada en nutrición María Luz Sanz (M.N. 7520), parte del equipo de Loyacono. Esto hace que puedan tener respuestas adversas a estas estimulaciones.
Es necesario explicar que el entorno, la familia, también padece estas situaciones. Los familiares recurres a distintos mecanismos para que, lo que debería ser un momento de alegría y festejo, sea menos doloroso.
Por ejemplo, el uso de audífonos especiales, tapones en los oídos, puertas cerradas, música fuerte o hasta abandono de la casa, son algunas de la “solucione” que se eligen. Otras de las posibilidades, que no todos tienen, es irse al campo o a algún lugar lejos en donde no se permita la utilización de pirotecnia, o que por lo menos sea menos ruidoso.
“Se continúa diciendo en el marco de los modelos genético y de la neurodiversidad que la razón de la hipersensibilidad auditiva es desconocida, que es crónica y la única opción es la terapia ocupacional o similar”, señala el Dr. Loyacono. Por eso se aconseja en esto casos “abrazarlos, contenerlos, incluirlos, ponerles tapones en los oídos y que así pasa la crisis”. Pero, por el contrario, no es así, el enfoque integrador plantea otra forma y así lo indica la Dra.Sanz: “Para nosotros no es así, lo que tenemos que hacer es ir más allá, a la base orgánica de por qué estos chicos tienen esas reacciones, entre otras cosas. Para eso se necesita el aporte profesional médico específicamente entrenado”.
Cuenta el Dr. Loyacono que la experiencia médica le permite afirmar que: “cuando se suma el tratamiento de infecciones crónicas y la detección adecuada, diagnóstico correcto y tratamiento de enfermedades concomitantes que han sido históricamente descartadas, la hipersensibilidad auditiva disminuye significativamente e incluso en algunos casos conocidos, se resuelve”
