Cada 17 de febrero se conmemora el Día Internacional del Juego Responsable, una fecha clave para concientizar sobre la ludopatía y sus efectos devastadores en la vida de quienes la padecen. Esta iniciativa, impulsada en 2008 por la Asociación Europea de Apuestas y Juegos de Azar (EGBA) con el respaldo de la Unesco, busca advertir sobre los riesgos del juego compulsivo y promover prácticas seguras para evitar su impacto en la sociedad.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 1,2 % de la población adulta mundial sufre trastornos relacionados con el juego. Esta adicción no solo perjudica a quienes la experimentan, sino también a sus familias y entornos cercanos, generando problemas financieros, deterioro en las relaciones personales y aislamiento social. En Argentina, aproximadamente 19 millones de personas participan con frecuencia en juegos de azar, y se estima que 7 de cada 100 pueden considerarse adictos.
El psiquiatra Federico Pavlovsky explicó que la ludopatía es “una compulsión al juego irrefrenable que está contemplada en los manuales diagnósticos clasificatorios de la psiquiatría actual”. Según el especialista, quienes la padecen sienten un impulso incontrolable de apostar, a pesar de ser conscientes de las consecuencias personales, familiares y económicas que ello conlleva.
A su vez, la Asociación Americana de Psicología (APA) advirtió que el grupo de jugadores que más crece es el de personas de entre 20 y 30 años, y muchos comienzan a apostar desde la adolescencia. Un estudio canadiense de 2018, realizado con más de 38.000 jóvenes, reveló que casi dos tercios de los adolescentes de entre 12 y 18 años afirmaron haber participado en juegos de azar durante el año anterior. En este sentido, la APA enfatizó que el inicio temprano en estas prácticas aumenta el riesgo de desarrollar problemas psicológicos y dependencia en el futuro.
La evolución del juego compulsivo ha cambiado con el tiempo. Pavlovsky destacó que, aunque las apuestas tradicionales en casinos o carreras de caballos persisten, “se ha producido un desplazamiento hacia las apuestas online en todo el mundo debido al auge tecnológico, la inteligencia artificial, la publicidad y las plataformas que potencian el problema”. En tanto, explicó que las apuestas “son una adicción que es un trastorno mental”, ya que activan los mismos circuitos cerebrales que las drogas psicoactivas y generan dependencia.
Uno de los mayores desafíos en la detección de la ludopatía es su capacidad de permanecer oculta durante largos períodos. “La ludopatía se mantiene en la intimidad y solo en las etapas finales se hace más evidente porque la persona puede sostener durante mucho tiempo una vida relativamente normal, hasta que las pérdidas ya son imposibles de disimular”, señaló Pavlovsky.
Por su parte, el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Provincia de Buenos Aires indicó que el 30 % de la población mantiene algún tipo de vinculación con el juego. En los casos más severos, la ludopatía puede desencadenar problemas legales, quiebra económica, pérdida de empleo e incluso pensamientos suicidas. Por esta razón, los especialistas recomiendan que aquellas personas que experimenten síntomas de adicción busquen ayuda profesional para recuperar el control de su vida.
Existen diversas estrategias para jugar de manera responsable y evitar caer en la adicción. La OMS sugiere establecer límites de tiempo y dinero antes de comenzar a apostar, no jugar en momentos de estrés o dificultades emocionales, y evitar utilizar el juego como una forma de escapar de los problemas personales. Asimismo, recomienda el uso de sistemas de autoexclusión y el acompañamiento de familiares o amigos para fomentar una conducta saludable.
En los niños y adolescentes, el rol de los padres y educadores es clave para prevenir el desarrollo de esta adicción. El académico Manuel González Oscoy destacó que “se busca alcanzar una fraternidad que permita tanto a hombres como mujeres compartir sus experiencias y fortalecerse”. En tanto, el psiquiatra Enrique De Rosa Alabaster enfatizó la importancia de establecer límites en el uso de dispositivos electrónicos y supervisar el contenido digital al que acceden los jóvenes. “Esto se suele plantear como una imposibilidad, sin embargo, será esencial para otro tipo de límites a edades y problemas mayores”, sostuvo.
El avance de la tecnología ha facilitado el acceso a las apuestas en línea, multiplicando los casos de ludopatía a nivel global. Plataformas digitales, anuncios personalizados y algoritmos diseñados para mantener a los jugadores en línea han convertido al juego en una amenaza latente para quienes son más propensos a desarrollar una adicción.
Según la Guía de Prevención y Tratamiento del Juego Compulsivo del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría bonaerense, el juego responsable implica tomar decisiones informadas y racionales. Esto significa que las apuestas deben verse como una forma de entretenimiento y no como una vía para obtener ingresos, estableciendo límites y asegurando que no interfieran con la vida personal, social o laboral del jugador.
En definitiva, la ludopatía representa un problema creciente que exige respuestas urgentes. La regulación del juego, el acceso a tratamiento especializado y la concientización sobre los riesgos de las apuestas compulsivas son claves para frenar esta problemática. En este contexto, el Día Internacional del Juego Responsable se convierte en una oportunidad fundamental para reflexionar sobre la importancia de prevenir la adicción y fomentar hábitos saludables en la sociedad.
