El Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, ubicado en Ministro Brin 615/617, en el barrio de La Boca, no tiene ninguna identificación de que allí funciona una dependencia del Gobierno de la Ciudad. Al patrimonio que conserva se lo declaró en emergencia en 2011.
En el Museo existe un acervo fílmico de alto valor patrimonial para el país, tiene una sala de exhibición de películas que está ubicada a tres cuadras, en Agustín Caffarena 51. Esta institución no tiene sede propia y deambuló por siete direcciones distintas desde que se fundó, en 1971. En Ministro Brin se instaló en 2014.
El en Archivo se alberga todo el patrimonio que preserva el Museo del Cine, hay archivos en diferentes soportes y materiales. Papel, textil y películas que están hechas principalmente de tres materiales: nitrato, acetato y poliéster. Lo que más se acumula, protege y resguarda son el nitrato y acetato, los más antiguos, los de más difícil conservación.
Además está el 80% del cine mudo disponible en el país, como la película “Amalia”, el primer largometraje argentino, filmado en 1914, además de los únicos materiales que existen del caricaturista y director ítalo-argentino Quirino Cristiani, quien hizo el primer film de animación del mundo; una copia de la célebre “Metrópolis”, película muda de ciencia ficción dirigida en 1927 por el austríaco Fritz Lang o “Muñequitas porteñas”, la primera producción hablada del cine argentino que hizo José Ferreyra en 1931.
También hay centenares de películas en 16 milímetros; muchas fueron cedidas por productores y directores. En el depósito se conservan guiones originales, materiales de vestuario, escenografías y otros elementos que no se pueden mostrar al público porque no hay suficiente lugar para guardarlos u ordenarlos.
Los 50 empleados del Museo presentaron un amparo por las “malas condiciones de guarda” de materiales históricos del acervo fílmico, de alto valor patrimonial.
Un inspector del Gobierno advirtió que el lugar no está habilitado y la delegada de ATE, María Martha Notari, explicó que “es un peligro para todas las personas que trabajan en el archivo y de las que viven en edificios aledaños porque no cumple con las normas de seguridad”. Las irregularidades de funcionamiento en el Museo se prolongan porque no existe una Cinemateca Nacional y, de alguna manera, el Ducrós Hicken la reemplaza como archivo de películas.