Con libros que le compraba a los cartoneros el escritor Nadie Huamán Rojas comenzó a juntar una cantidad suficiente para abrir un local abajo de su casa. Así abrió la primera librería del barrio 31 dónde vive este vecino que llegó hace 29 años proveniente de Chosica, Perú, quién abrió el local debajo de su vivienda en la época de pandemia.
Los vecinos del barrio 31 donde vive y trabaja, lo conocen como “Bigote”; su historia está llena de literatura ya que cuenta con cuatro novelas publicadas, cuentos, antologías literarias y poemas, además de haber participado en cuatro oportunidades del encuentro internacional de escritores de poetas y artistas. Durante la época de pandemia tuvo la valentía de abrir la primera y única librería en la villa 31. Su negocio se llama la “Librería de Nadie”.
Nadie Huamán Rojas vivió en San Isidro y Almirante Brown luego de su llegada desde Chosica, su ciudad natal en Perú y en el año 2007 se mudó definitivamente al barrio 31. Según sus propias palabras se enamoró de la “vida rebelde de la calle”. Al comienzo vendía cosas usadas que le compraba a los cartoneros y lo que le llamaba la atención según cuenta, es la gran cantidad de libros que recibía y como había muchos que nunca había leído le daba pena que fueran descartados . De esa manera se fueron apilando hasta que antes de la pandemia decidió hacer una feria que tuvo muy buena repercusión y fue de esa forma que en el año 2019 empezó a dedicarse únicamente a vender libros y así nació “La Librería de Nadie”.
El local de la librería está situado debajo de su propia casa. Entre pinturas antiguas bicicletas de niños y pieles de hurón se hallan más de 2.000 textos muy variados desde cuentos, recetas de cocina, hasta derecho, sociología y medicina.
Su objetivo es educar a los niños en el hábito de la lectura: “a veces vienen chicos a buscar historietas y los padres no quieren, prefieren comprar otras cosas. `Es porquería eso` les dicen. Yo les digo que tienen que dejarlos, no hay que cortar esas etapas. Ahora todo es rápido, la gente no quiere imaginar. Pero la única forma de escapar e imaginar es por medio de la lectura”, afirma Huamán.
Él mismo se inició como un gran lector gracias a que cuando era pequeño su padre lo “obligaba” a leer fábulas y poemas de un escritor peruano llamado José Santos Chocano.
Nadie se dedica también a pintar cuadros y muchas de sus obras
son el resultado de inspiración en paisajes naturales de su país natal. Algunos cuadros los pinta para él mismo y otros los vende, lo cual le representa una ayuda económica adicional.