En las fiestas, la causa más frecuente de las lesiones que se producen en la vista, es el uso de la pirotecnia y los corchos.
Las lesiones pueden ser leves o graves, y van desde quemaduras de párpados, erosiones o úlceras conjuntivales, como perforaciones o estallidos del globo ocular.
Los expertos advierten que “no hay pirotecnia segura, hasta la más inofensiva puede comprometer la visión”.
Existen estadísticas al respecto, que realizo la División Oftalmología del Hospital de Clínicas, que indican que el 75% de la lesiones que se producen en la vista en épocas de fiestas (Navidad y Año Nuevo) son ocasionadas por una mala utilización de la pirotecnia. Por otro lado, la estadística señala que el 15% de las lesiones las causan los corchos de bebidas espumantes, y por excesos de alcohol, que lleva a las personas a utilizar armas blancas, balas perdidas, peleas, etc.
El doctor Federico Basbus, de la División Oftalmología, señala que “Lo cierto es que no hay pirotecnia segura, hasta la más inofensiva puede causar algún tipo de lesión que compromete la visión, llegando incluso hasta la ceguera. La mayoría de los casos son leves, pero también se registran traumatismos severos y lesiones oculares muy graves”.
Por su parte, el Doctor especialista en oftalmología, Rogelio Ribes Escudero, del servicio de oftalmología del Hospital Alemán, explica que “Las lesiones producidas por corchos se deben por lesión directa al globo ocular al retirar el precinto de seguridad. La mayoría son graves, generan hemorragias internas del ojo y complicaciones en la retina”, quien además aconseja “no dejar que el corcho salga volando ya que en su trayecto puede rebotar e impactar en el ojo de alguna persona. Maniobrarlo con un repasador para tener mayor control y abrir la botella suavemente. En caso de un accidente, acudir al centro oftalmológico más cercano”.
Los problemas provocados por el mal uso de la pirotecnia, a veces, pueden ser leves, como erosiones o úlceras conjuntivales, quemaduras del párpado. Pero también puede producir lesiones graves como por ejemplo perforaciones o estallidos del globo ocular.
En estos casos se necesita una cirugía y, muchas veces, dejan secuelas irreversibles en la vista.
Ribes aclara que “Pueden ocurrir en la persona que enciende el explosivo, pero también en las están alrededor debido a la expulsión de partículas que alcanzan varios metros a gran velocidad. La situación empeora cuando se colocan explosivos en recipientes como botellas, latas o ladrillos, ya que al estallar liberan partículas hacia todos lados”.
