Cada mañana, al levantarnos, nuestro cuerpo nos envía señales de alarma, que muchas veces no sabemos descifrar.
Por ejemplo, manos, piernas y/o brazos dormidos son algunas de las señales que debemos prestar particular atención.
Los especialistas y expertos dan una explicación, y aclaran el significado de cada señal de alarma.
En principio, habría que observar, si algún síntoma se reitera con el paso de los días y/o semanas.
La traumatóloga Gemma Pidemunt, nos indica que “La clave está en observar si la sintomatología se repite todos los días, ya que eso será un indicador de que esa determinada molestia se debe a algo más grave que a una mala postura o a determinados hábitos nocturnos”.
Despertarse con la mano dormida, puede significar solo una mala postura a la hora de dormir. Esa sensación, que muchos atravesaron, de cosquilleo o adormecimiento de la mano se llama “parestesia”, y puede afecta tanto la mano, el brazo, los pies y las piernas.
La Dra. Pidemunt, experta en cirugía de la mano, señala que “No hay una sola causa por la que nos podemos despertar con la mano dormida, pero en general suele tener un origen neurológico. Es decir, que un nervio puede haber quedado comprimido en su trayecto desde la médula espinal a la altura de las cervicales hasta la propia mano”.
Si esto ocurriera a diario, el médico debe indagar hasta dar con la causa y un diagnóstico. La más común es la presión del nervio mediano a la altura de la muñeca, “lo que se conoce como el síndrome del túnel carpiano (que es un estrecho canal que une la muñeca con la mano). El síndrome provoca adormecimiento y hormigueo en algunos de los dedos de la mano” expresó la doctora.
Otro síntoma, un poco menos frecuente que el de la mano, es el cosquilleo en las piernas, esto generalmente se da por ejercer presión sobre el nervio ciático.
“La parestesia mantenida en las piernas no es muy común, puede afectar a la parte posterior de la pantorrilla o el lateral, y también a la planta del pie, como reacción a la presión del nervio ciático en la salida de las raíces nerviosas en la columna vertebral. Hay que estar atentos y consultar con el especialista si ese hormigueo se acompaña de dolor o se mantiene en el tiempo, ya que puede tratarse de patologías como una hernia de disco, ciática o una enfermedad degenerativa lumbar”, detallo el jefe del servicio de traumatología del Hospital Universitario de Torrejón, Luis Sanz.