Se trata del histórico y emblemático Hotel Castelar, ubicado sobre la Avenida de Mayo.
Luego de permanecer dos años cerrado a causa de la pandemia del coronavirus, el famoso Hotel Castelar, por donde han pasado figuras y personalidades destacadas de diferentes ámbitos, será vendido.
Su venta será en bloque, con el mobiliario original, y con el bar notable que hay en la planta baja.
En este sentido, ya se confirmó que el Hotel Castelar, uno de los más emblemáticos de la Ciudad, está en venta. Actualmente está perfectamente conservado, y aún posee el mobiliario original, que se pudieron disfrutar sus clientes, durante más de 90 años.
En sus mejores épocas, pasaron por este hotel figuras argentinas destacadas del siglo XX tales como presidentes, ministros, escritores, artistas, entre otros.
Lo cierto es que el edificio que alberga a tan lujoso hotel, ubicado en Avenida de Mayo 1152, a pocas cuadras del Congreso de la Nación, cambiará de dueño. El hotel está valuado por en US$ 7 millones.
La dueña del Hotel Castelar es la firma Casel SA, que, a su vez, es propiedad de la familia Piccaluga Mayorga, descendientes de los fundadores del hotel.
El Castelar tiene en total 169 unidades funcionales y desde la inmobiliaria señalan que existe la posibilidad de convertir las habitaciones en monoambientes, algo clave dada la ubicación estratégica.
Además, desde la inmobiliaria señalaron que “También se podría reformular como apart hotel y usar el resto de la superficie de forma comercial”.
En tanto, según trascendió, hoy día tiene dos ofertas viables para la venta. Una de ellas es de un inversor europeo que, según explicaron, “quiere comprarlo porque cree que, en caso de desatarse una guerra en su continente, la Argentina podría ser un excelente país receptor”.
Por otro lado, se sabe que el predio por dentro, permanece igual al momento de su inauguración, en 1929.
En diálogo con La Nación Ana Simeone, titular de la inmobiliaria que comercializa el hotel, señaló que “Las arañas son de cristal, todas traídas desde Europa. También hay distintos tipos de mármoles, que llegaron desde Italia. Las escaleras y los pisos se conservan como en los inicios”.
Además, Simeone explicó que aún está la planta para lavar sábanas con máquinas de principio de siglo que aún funcionan, calderas y hasta una carpintería donde se reparaban los muebles del hotel.
El hotel había cerrado sus puertas por la pandemia, ya que “Los dueños no querían alojar a pacientes de coronavirus y prefirieron cerrarlo”, recordó Simeone.