Los últimos shows en vivo de la banda están plasmados en el disco en vivo “No llores por mí, Argentina”, pero ahora, a 40 años de esos recitales, se realizó el documental que echa luz sobre una serie de mitos en torno a esos conciertos. La piratería toma un valor fundamental ya que los registros tomados con un grabador de mano por el coleccionista Gustavo García dejaron un legado sonoro para la historia del rock local.
A 40 años de los últimos shows de Serú Girán en Obras, que quedaron plasmados en el disco en vivo “No llores por mí, Argentina”, el periodista Lautaro Guido Pavía realizó un documental a partir de un registro sonoro de esos conciertos realizado con un grabador de mano por el coleccionista Gustavo García, que revela una serie de mitos en torno a esos recitales, a la vez que reivindica el rol de la piratería en la reconstrucción de la historia del rock argentino.
Sobre este registro en audio, el periodista Pavía destacó en conversación con Telám: “Ahora podemos conocer realmente cómo sonó Serú en su despedida”, tras cuatro décadas en donde el único testimonio de esa serie de conciertos era un disco oficial que fue por demás maquillado en estudio.
En todos estos años, la ausencia de archivos formales fílmicos y sonoros alimentó algunas historias distorsionadas en torno a los últimos conciertos ofrecidos por Serú Girán, las cuales se pueden comenzar a develar a partir de este trabajo que puede verse en los canales oficiales del legendario supergrupo que conformaron Charly García, David Lebón, Pedro Aznar y Oscar Moro.
En cuanto a la realización del documental, el realizador expresó: “Me motivó a hacerlo que la grabación del disco `No llores por mí, Argentina´ es uno de los grandes mitos en la historia de Serú, porque nadie sabía por qué los músicos habían retocado tanto el disco, que al final terminó siendo un disco casi de estudio. Yo quería saber cómo sonaba el grupo y estuve años buscando la grabación de aire para saberlo. La respuesta se da en el documental”.
El periodista trabajó en una búsqueda constante de material para la reconstrucción, que tuvo su base fundamental en las cintas registradas por el coleccionista Gustavo García, la cual se amplió con el aporte de algunas breves imágenes tomadas por otros asistentes a los conciertos y los testimonios del staff de la banda.
A partir de la investigación, comenzaron las entrevistas a los ingenieros de sonido Amilcar Gilabert y Gustavo Gauvry, y el iluminador Juan José Quaranta, como así también el periodista Alfredo Rosso, quien sumó la mirada histórica.
Fue en marzo de 1982, el viernes 5, el sábado 6 en dos funciones y el domingo 7, que Serú Girán realizó los tres conciertos para despedir temporalmente a Pedro Azanar, quien había decidido emigrar a Estados Unidos para intensificar sus estudios musicales. Pero lo que iba a ser una pausa en la historia de la banda se terminó convirtiendo en su disolución definitiva, por lo que los shows adquirieron una resonancia histórica.
Uno de los momentos épicos de esos recitales se incrementó a partir de una anécdota que solía contar el propio Charly García en torno a su intervención desde el escenario para evitar que la policía se llevara detenida a personas del público en pleno show; un hecho por demás heroico si se tiene en cuenta que aún se estaba bajo la feroz dictadura cívico militar que asaltó el poder entre 1976 y 1983.
En torno a esto, el documental revela cómo se dieron realmente los acontecimientos, a la vez que apela a la emoción a partir de la genuina reacción de cada uno de los personajes que aportó testimonios al escuchar la cinta original.