En el último acto de su gira por Argentina, Taylor Swift se despidió a lo grande en el escenario de River Plate. El domingo, la artista estadounidense cerró con broche de oro su serie de tres conciertos en el emblemático estadio, y lo hizo con un detalle especial que sorprendió a sus seguidores argentinos.
La noche, marcada por la ausencia de su novio Travis Kelce, quien ya había regresado a los Estados Unidos, fue un recital que quedará grabado en la memoria de los fanáticos. El evento de este domingo, originalmente programado para el viernes pero suspendido por fuertes lluvias, resultó ser un cierre tan épico como jugoso, que sin duda será tema de conversación durante mucho tiempo y figurará en todos los balances del año que está por concluir.
En la hora pactada, Taylor Swift salió al escenario de River Plate por tercera vez, envuelta en un body celeste y blanco que rindió homenaje a la bandera argentina. Siguiendo la estructura de sus funciones anteriores, la estrella norteamericana, protagonista de la exitosa The Eras Tour, subió al escenario después de las presentaciones de Louta y Sabrina Carpenter.
Después de un largo periodo de silencio debido a la pandemia, Swift decidió desafiarse a sí misma y elevar el nivel de su espectáculo. En este sentido, la cantante, nacida en Pensilvania hace 33 años, repasó su exitosa carrera a través de diez eras, ofreciendo segmentos dedicados a sus nueve discos de estudio y uno acústico con dos temas sorpresa que variaban de un show a otro.
El momento culminante del concierto llegó cuando un enorme reloj marcó el final, desencadenando la euforia de la multitud. El grito ensordecedor de los fanáticos al llegar a cero fue un testimonio del apasionado público argentino. La pasarela, la tarima elevada y las pulseras luminosas entregadas a los espectadores añadieron un toque visual y sonoro impactante.
Más allá del segmento acústico, que esta vez incluyó “Better Than Revenge” y “Slut!”, la lista de canciones se mantuvo sin cambios respecto a los dos shows anteriores. La puesta en escena, que transformó el estadio en un bosque nevado y la casa de la infancia de la cantante, demostró un cuidado meticuloso en cada detalle. La extensa pasarela fue utilizada por Swift, sus músicos y bailarines a lo largo de las más de tres horas de espectáculo, llenas de cambios de vestuario y efectos visuales cautivadores.
En cuanto a su despedida de Argentina, cada uno de los conciertos de Taylor Swift dejó momentos inolvidables. En el primer show, la artista expresó su asombro ante el fervor del público argentino, agradeciéndoles con emotivas palabras. En la segunda fecha, además de su destacada actuación, la presencia de su novio Travis Kelce captó la atención de todos, culminando con un beso público que enloqueció al estadio. Al final dijo “No sé porqué tarde tanto en venir a Argentina” y los fans le devolvieron sus palabras con un cantico que asombró a la cantante