Si bien se autorizó la actividad teatral, los que trabajan de manera independiente, sostienen que será difícil reabrir sin ayuda económica.
Igualmente, consideran muy positivo que se hayan aprobado las medidas necesarias para la vuelta a la actividad, no obstante, señalan que con una capacidad reducida al 30 % para evitar contagios, podrían no cerrar los costos.
Luego de ocho meses de permanecer cerrara la actividad, teatros oficiales y salas comerciales reabren sus puertas.
Sin embargo, referentes de espacios independientes advierten que “para muchos” cumplir con el aforo reducido al 30 por ciento y los gastos de adecuarse a las exigencias sanitarias, “será difícil sin un apoyo económico”.
Mariano Stolkiner, responsable de la sala El Extranjero, en el barrio porteño de Almagro y miembro de la Asociación Argentina del Teatro Independiente (ARTEI), señaló que “El protocolo tiene una limitante muy clara en términos de espectadores y ponerlo en práctica en las salas más chicas supone trabajar para muy poquita gente. Ahí el problema que aparece es la cuestión de que cierren los costos”.
Y agregó: “Pero no es sólo el aforo reducido al 30 por ciento, sino el gasto que implica cumplir con las condiciones planteadas por el protocolo. En el caso del teatro independiente la situación se agrava y la mayoría de las salas no van a poder abrir porque no pueden afrontarlo económicamente”.
Cabe señalar, que, por ejemplo, la sala de teatro “El Extranjero” está habilitado para 63 personas, en este contexto de pandemia, solo podrá ofrecer funciones para 19 espectadores.
Al respecto, remarcó que “el sector viene acumulando deuda” y “trabajando para tan poca gente se necesita un aporte extra no solo para la sala sino para los artistas que van a presentar sus trabajos y necesitan poder capitalizar el laburo”, señaló Mariano Stolkiner en diálogo con Télam.
En este sentido, el actor y director Mauricio Dayub, destacó que su sala de Palermo El Chacarerean donde este fin de semana retomó el unipersonal “El equilibrista” es “particular porque no tiene lo que habitualmente se llama cuarta pared, ni tampoco tercera”.
“El fondo del escenario es un gran ventanal que, abierto, permite tener una gran corriente de aire natural para que el espacio esté debidamente ventilado cuando llegue el público y además estamos incorporando a nuestros equipos de aire los filtros reglamentarios. Tendremos a full no más de 52 espectadores cumpliendo con el 30 por ciento de nuestra capacidad“, explicó Dayub.
