La renombrada cantante Anna Mae Bullock, conocida mundialmente como Tina Turner, falleció este 24 de mayo a la edad de 83 años. Aunque aún no se ha revelado la causa oficial de su muerte, todo indica que sus problemas renales finalmente afectaron su salud de manera irreversible.
Desde 1976, Turner había sido diagnosticada con hipertensión, y los medicamentos que tomaba para tratar esta condición dañaron gravemente sus riñones. En 2016, la artista se vio en la necesidad de recibir un trasplante renal donado por Erwin Bach, quien fue su esposo desde 2013 hasta el último día de su vida.
El 14 de marzo de 2023, con motivo del Día Mundial del Riñón, Tina compartió un emotivo mensaje en el que confesó haberse puesto en “grave peligro” al haberse negado a recibir un tratamiento diario. Esto parecía indicar que Turner ya había aceptado la posibilidad de enfrentar lo peor debido a su condición y su avanzada edad.
Incluso su íntima amiga Cher afirmó que tuvo la oportunidad de verla poco antes de su muerte, y Tina le confesó que “ya estaba lista para irse”.
Si este fuera el caso, todo apunta a que Tina decidió disfrutar al máximo sus últimos meses de vida. Varios de sus vecinos y conocidos revelaron detalles sobre cómo la cantante pasó ese periodo previo a su fallecimiento en una entrevista para el medio Daily Mail.
Tina Turner se estableció en Küsnacht, Suiza, en 1995, donde su pareja dirigía las oficinas de EMI. Renunció a su pasaporte estadounidense y aprendió alemán para obtener la ciudadanía suiza. Desde entonces, vivió cómodamente en un lujoso castillo valorado en 76 millones de dólares.
“De vez en cuando, Tina Turner venía a la ciudad a hacer compras. A pesar de tener un mayordomo, le gustaba ir ella misma, acompañada de su esposo Erwin”, declaró el carnicero local Benny Lang sobre los hábitos de Tina. A pesar de poseer una extensa fortuna, la cantante prefería llevar una vida sencilla. Sin embargo, tenía gustos refinados cuando se trataba de comida. Según Lang, uno de sus lugares favoritos era la Moreira Gourmet House, donde adquiría constantemente salmón ahumado y trufas blancas.
Aunque Turner podría haber contratado un instructor de yoga y recibir clases en la comodidad de su hogar, optaba por tomar estas lecciones en el parque de Horn, a pocos minutos a pie de su propiedad. En ese parque, a Tina también le gustaba sentarse junto al lago y saludar amigablemente a las personas que paseaban a sus perros.
La cantante también disfrutaba de ir de compras, especialmente en tiendas de diseñadores. Una empleada de su tienda favorita, Laredo, compartió su experiencia de atender a la Reina del Rock.
“La señora Turner entraba a la tienda con mucha modestia, acompañada por su esposo Erwin. No era presumida. Yo le decía ‘Hola, Sra. Turner’ y ella respondía ‘hola’. Le gustaban los zapatos. Aquí tenemos unos hermosos zapatos de diseñadores italianos que cuestan alrededor de 1000 francos suizos (aproximadamente 1103 dólares). También vendemos ropa. Nuestros vestidos tienen un precio similar. A la Sra. Turner le gustaba comprarlos, así como suéteres de cachemira para su esposo Erwin”.
A pesar de su edad, Tina Turner disfrutaba de conducir y a menudo se la veía paseando por las calles de Küsnacht en su camioneta Porsche Cayenne, siempre acompañada de su inseparable esposo Erwin.
