El Centro de Atención Integral a la Niñez y Adolescencia de la Ciudad, cumplió 30 años de trabajo ininterrumpido y celebró este domingo junto a operadores sociales, organizaciones barriales y funcionarios, junto a los chicos que habitualmente transitan por las instalaciones del CAINA.
En esta celebración los jóvenes fueron los protagonistas a través de una muestra integral de cada una de las actividades y talleres que se realizan diariamente. Se hicieron presentes la interpretación de música urbana, rap, muralismo y una visita guiada por la huerta de la institución construida por cada una de las manos que fueron pasando por el Centro.
El Centro de Atención Integral a la Niñez y Adolescencia de la Ciudad se inició como un centro de día de puertas abiertas situado en el barrio de San Telmo, en las cercanías de la estación de trenes de Constitución, en el marco de la protección integral de derechos de niños, niñas y adolescentes y con el paso de los años se convirtió en un dispositivo fundamental para brindar contención y acompañamiento a un sector especialmente vulnerable.
Los chicos en situación de calle que concurren de forma voluntaria, encuentran un espacio seguro frente a los peligros de la calle, un plato de comida caliente y un cobijo para repararse del frío o el calor, pero sobre todo se vinculan con un equipo de operadores, talleristas y profesionales que no sólo los contienen frente a situaciones muchas veces inimaginables sino que además trabajan juntos en la elaboración de estrategias para la restitución de sus derechos humanos elementales.
Debido a la llegada de la pandemia por el Coronavirus, el Centro se vio obligado a trabajar bajo determinados protocolos sanitarios para proteger la salud y la vida de sus trabajadores y de cada chico que se acercó buscando el acompañamiento del Estado. Según cuenta uno de sus operadores, estas restricciones transformaron el tránsito de los chicos, convirtiéndose en una población estable aunque más reducida. El coordinador del CAINA junto a Itatí Canido, directora general de Gestión de Políticas Públicas del Consejo, manifestaron que el objetivo de este 2022 es profundizar la estrategia para llegar a más niños, niñas y adolescentes en situación de calle.
La presidenta del Consejo de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, Karina Leguizamón, señaló que “en el contexto actual de aumento de la pobreza y deterioro de las condiciones de vida, este tipo de instituciones y en particular el CAINA, se vuelven indispensables para no dejar abandonados a los chicos que atraviesan situaciones extremas”.
Desde el mediodía hasta la tardecita del domingo, en el CAINA tuvo lugar una jornada de mucha sensibilidad reflejada en la frase de María, una trabajadora con más de 25 años en el centro,“ser cainero es aprender a mirar con otros ojos, es aprender a mirar con los ojos del corazón”.
