La Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, señala que la obra del edificio Astor de San Telmo, supera la altura reglamentaria.
La Sala II de la Cámara en lo Contencioso, Administrativo y Tributario confirmó, el lunes, la sentencia de primera instancia y explicó que el edificio Astor San Telmo, que se encuentra en la Avenida Caseros y Bolívar, tiene alturas superiores a las habilitadas por la normativa de la Ciudad. Además, rechazó las apelaciones de la empresa TGLT (que adquirió la constructora Caputo S.A.) y del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Por este motivo, las organizaciones Basta de Demoler, el Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC) y Casco Histórico Protege (CHP) presentaron un amparo, cuestionando la legalidad del permiso de construcción otorgado por el Gobierno de la Ciudad para el edificio Astor San Telmo ubicado en la esquina de las calles Bolívar y Av. Caseros, dentro del Casco Histórico de la Ciudad.
En este sentido, las organizaciones expresaron que “El edificio tiene una envergadura de media manzana. El Gobierno de la Ciudad autorizó sobre la Av. Caseros y la calle Bolívar a construir aproximadamente 30 metros de altura cuando sólo se permite 22 metros sobre la primera y 13 metros sobre la segunda”.
Según la sentencia de primera instancia, se declararon nulos los permisos de obra por ilegales, a través de la causa judicial caratulada como “Asociación Civil Basta de Demoler c/ GCBA s/ amparo- suspensión de obras”, Expte. Nº A30636-2017/0, el 8/11/2019.
Jonatan Baldiviezo, presidente del Observatorio del Derecho a la Ciudad, indicó que “en la Ciudad existe una práctica sistemática por parte de la Dirección General de Interpretación Urbanística (DGIUR) para autorizar emprendimientos inmobiliarios violando el Código de Planeamiento Urbano con el único objetivo de permitir una mayor capacidad constructiva en los inmuebles y ganancias para los desarrolladores inmobiliarios sin considerar los derechos ambientales y culturales de los porteños”.
Para finalizar, Baldiviezo, aseguró que “El caso del Astor San Telmo es un caso ejemplar. Con el nuevo Código Urbanístico esta práctica no ha cambiado, el caso del edificio que pretende construir Mindlin en Figueroa Alcorta y La Pampa es un ejemplo y seguramente terminará siendo un Mamotreto II“.
