En un acto frente a la escuela N° 15 Provincia de Mendoza, del Distrito Escolar N° 14 del barrio de la Paternal, la comunidad educativa realizó una junta de firmas para pedir que se vuelva a colocar la placa en homenaje al cineasta desaparecido Raymundo Gleyzer en la plazoleta que lleva su nombre, que falta desde hace meses.
El petitorio de firmas está dirifido a la Junta Comunal 15, donde se les pide la reposición de la placa que ya fue restablecida en mayo de 2018 por vecinos, vecinas, organizaciones sociales y políticas de La Paternal, después de que el gobierno porteño realizara arreglos en la plaza que lleva su nombre y había sido destruida. Ahora la placa fue retirada durante las obras de construcción de una torre que se están realizando en el terreno lindero a la escuela y a la plazoleta y nunca fue repuesta.
En ocasión del 40° aniversario de la desaparición de Raymundo Gleyzer por parte del terrorismo de Estado, en mayo de 2016, el colectivo Vecinos Inquietos de La Paternal había colocado la placa recordatoria al cineasta argentino.
Cabe recordar que Raimundo Gleyzer fue miembro del grupo militante Cine de la Base y autor de filmes caracterizados por su gran compromiso social como “Los traidores” y “México, la revolución congelada”, en recuerdo de su secuestro y desaparición forzada el 27 de mayo de 1976 ejecutado por un comando militar a la salida del Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina. Fue visto por última vez en el centro clandestino de detención El Vesubio.
Gleyzer dejó la Facultad de Ciencias Económicas donde estudió hasta los 20 años y se fue a La Plata tras su verdadera vocación, para estudiar en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). En 1964 realizó “La tierra quema”, un documental que narra la miseria de los campesinos en el noroeste de Brasil, y posteriormente, en 1966, realizó el mediometraje “Ocurrido en Hualfin”, junto con Jorge Prelorán.
En 1970 filmó “México, la revolución congelada” y en 1973 “Los traidores”, ficción que narra la historia de un sindicalista que pasa de ser un delegado que se preocupaba por la suerte de sus trabajadores a un burócrata que termina siendo el vocero de los intereses de la patronal.
En 1965 inició una etapa en noticieros (Canal 7 y Telenoche por Canal 13) convirtiéndose en el primer camarógrafo argentino que filmó en las Islas Malvinas, desde donde produjo en 1966 una serie documental sobre la vida cotidiana en las islas, para Telenoche, del cual se desprende su documental “Nuestras Islas Malvinas”.
Como militante del PRT fue uno de los fundadores del grupo “Cine de la Base”, usando la cámara como un arma de combate, y ya desde la clandestinidad rodó los mediometrajes “Swift” y “Ni olvido ni perdón”, que lo pusieron en la mira de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) hasta que un grupo de tareas lo secuestró el 27 de mayo de 1976.
